jueves, 5 de noviembre de 2009

Terapia Ocupacional y Autismo

Primero que nada, definimos la Terapia Ocupacional como, el uso de actividades y técnicas específicas para alcanzar resultados funcionales que promueven la salud, prevengan discapacidad y que desarrollen, mejoren, mantengan o restauren el más alto nivel de independencia en personas con discapacidad física, mental, cognitiva de aprendizaje o desarrollo u otro desorden o condición.

En el caso del niño autista, se ha demostrado, lo grandes beneficios que ofrece la Terapia Ocupacional en la evolución delos mismos, abordando enfaticamente la estimulacion a nivel sensorial en el niño.

En estudios realizados a nivel mundial, el el 97% de estos niños presentan dificultades de la integracion sensorial las cueles suelen suceder cuando alguno de nuestros sistemas sensoriales no es interpretado (procesado) de forma correcta.

Un niño que presenta un procesamiento incorrecto acerca de la información que recibe del tacto, de su ubicación corporal en el espacio, del movimiento o de la gravedad, se encuentra perdido y amenazado. Es algo similar a imaginarse a uno mismo en un entorno donde algo tan sencillo como el contacto con otra persona o el movimiento, es percibido de forma desagradable, como una agresión. Ninguno de nosotros se sentiría seguro y tranquilo en un mundo así. De esta forma podemos comprender mejor que las dificultades en el procesamiento de la información sensorial pueden tener consecuencias negativas en el desarrollo del niño. Cuando existe un desorden en la integración sensorial, una gran variedad de problemas en el aprendizaje, en el desarrollo motriz, en el lenguaje o en la conducta, pueden observarse: hiperactividad, dificultades en la lecto-escritura, descoordinación motriz, alteraciones conductuales, problemas emocionales, dificultades de aprendizaje académico, etc.

Los problemas de procesamiento sensorial o interpretación de los estímulos sensoriales están relacionados con un mal funcionamiento neurológico, que no es lo mismo que una lesión neurológica. Simplemente el cerebro no sabe trabajar de forma funcional, porque no tiene las habilidades necesarias para integrar la información sensorial. Constantemente estamos recibiendo estímulos de nuestro entorno, y debemos aprender a interpretarlos de forma correcta, para integrarlos a nivel neurológico y alcanzar unos niveles de desarrollo óptimos.

Todos nosotros dependemos de una integración sensorial funcional, que nos permite llevar a cabo las actividades cotidianas de trabajo, ocio y autocuidado.

Los problemas a nivel de procesamiento sensorial pueden influenciar directamente en nuestra habilidad para funcionar correctamente en nuestra sociedad, pero son dificultades muy sutiles que son difícilmente reconocibles.

Especialmente en los niños es fácil atribuir ciertas conductas o reacciones a otras causas (es un niño perezoso, hace lo que quiere, es desobediente, es un niño mimado, testarudo...), cuando en realidad se trata de dificultades sensoriales. Por este motivo, es muy importante identificar las dificultades de procesamiento sensorial, para permitir que el niño alcance niveles de desarrollo correctos, y minimizar el sentido de culpabilidad de la familia adoptante.

La estimulación sensorial proporciona a nuestros hijos un espacio que les permite interactuar de forma natural con una serie de materiales específicos, facilitándoles la difícil tarea de organizar toda la información dentro del cerebro. La intervención se basa en el juego dirigido por el Terapeuta Ocupacional, pero proporcionado por el mismo niño para que se autocontrole. Es preciso aprovechar los primeros años de vida para proporcionar a los niños un entorno agradable, con una gran riqueza de juegos. La base neurológica que se cree durante la infancia será la encargada de marcar el hilo conductor del futuro desarrollo de nuestro hijo.

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